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EVANGELISMO Y ADORACIÓN EN MEDIO DE LA PANDEMIA DEL COVID-19

Por Rafael Enrique Alvarado Pineda*

 

La llegada del COVID-19 a El Salvador ha producido cambios que han afectado la convivencia social. El Gobierno del país implementó ciertas medidas sanitarias de manera gradual, para tratar de evitar el contagio en la población. Poco a poco se redujeron las cantidades de personas que podían estar reunidas en los diferentes rubros del quehacer social, productivo y religioso.

Todo esto produjo expectativa e incertidumbre. Cuando la amenaza del virus se volvió más latente, las medidas implementadas por el Gobierno se volvieron cada día más restrictivas. Por esta razón y sumándose a lo dispuesto por las autoridades gubernamentales, se recibió en medio de cierta controversia, la sabia decisión adoptada en su momento por el Comité Ejecutivo de las Asambleas de Dios de nuestro país, de suspender los cultos en las iglesias locales y las reuniones de todo tipo. Dicha decisión, al principio, quizá no fue bien recibida por un pequeño grupo de la Pastoral, pero con el paso de los meses, no se objeta que fue una decisión muy acertada.

Por supuesto, estas medidas afectaron de manera significativa a las iglesias, que habitualmente se desenvuelven a través de prácticas litúrgicas para desarrollar sus cultos. A partir de ese momento todo iba a ser distinto. Se tomarían acciones no tradicionales para continuar con el avance de la Obra y el cuidado de la feligresía; pues, aunque se suspendieron los servicios litúrgicos en los templos, éstos nunca fueron clausurados, únicamente cambiaron de escenario.

Esto no ha sido nada fácil para la gran mayoría de pastores. Continuar con la labor evangelística y de adoración a Dios en medio de la pandemia, ha requerido implementar maneras muy creativas para continuar con la proclamación del evangelio; asimismo, el echar mano de los recursos tecnológicos a los que no se estaba acostumbrado y familiarizado. Muchos pastores megáfono en mano, predican desde un automóvil en marcha, en las terrazas de los templos y desde los balcones de sus casas. También, la gran mayoría de pastores han hecho del Facebook Live, su púlpito virtual.

Los jóvenes han jugado un papel muy importante en el uso de las redes sociales a nivel pastoral. Ellos manejan de mejor manera este tipo de herramientas tecnológicas. Instagram, Facebook, Youtube, WhatsApp, páginas Web, entre otros, están ahora saturados de mensajes de la Palabra de Dios.

A través de cortos mensajes evangelísticos comparten temas como: “De qué manera superar el temor” y “Cómo evitar caer en depresión”, etc. Al finalizar hacen el llamado para recibir a Cristo. Este mensaje es entregado al liderazgo de la iglesia, para que lo compartan con sus contactos, llegando a personas que no conocen a Cristo.

Hoy más que nunca se debe aprovechar que todas las personas tienen alguna necesidad. Una llamada telefónica, un video corto, o una palabra de ánimo, se vuelven de lo más pertinente en estos tiempos de pandemia.

En cuanto a la adoración, se ha activado lo que nunca debió dejar de funcionar al interior de los hogares cristianos: “Los altares familiares”. Por su parte, Radio Verdad –la radio de las Asambleas de Dios- ha programado tiempos especiales ayuno e intercesión, al igual que otras emisoras cristianas.

Algunos pastores dirigen tiempos de intercesión a través del Facebook, con sus congregaciones y vía Zoom con su liderazgo. Estas y otras plataformas son de uso común en estos días. Los pastores se han vuelto expertos en el manejo del ciberespacio. Personalmente creo, que así como muchos infectólogos opinan que el COVID-19 llegó para quedarse por un largo período de tiempo, también el uso de las redes sociales se quedará en los ministerios pastorales para sacarles provecho con o sin pandemia.

Existen otras maneras de evangelizar y adorar a Dios en medio de esta pandemia. Lo cierto es que en todas las crisis que ha vivido la Iglesia del Señor a través de la historia, el evangelio de Jesucristo siempre ha sido proclamado. Su Palabra dice que “ni las puertas del infierno prevalecerán contra ella”. (Mt. 16: 18).

*El autor es el actual Tesorero de la Comisión Editora y Administrativa de la Revista LUZ Y VIDA. Pastorea la Asamblea de Dios Nueva Jerusalén, de la Colonia Ciudad Futura I de Cuscatancinco, San Salvador. Está casado con doña Carmen y es padre de Andrea M.

 

 
 

 

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