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COMO DEBERÍA PREPARARSE LA IGLESIA LOCAL PARA RETORNAR A LA “NUEVA NORMALIDAD”

Por Adid Campos M.*

 

Ante las tragedias, desafíos y cambios forzados en todos los ámbitos, generados por la pandemia COVID -19, a nivel nacional y mundial, es primordial que cada iglesia local junto a su liderazgo se prepare oportunamente para retornar de forma sistemática a sus actividades plenas, dentro de lo que se ha llamado: la “nueva normalidad”.

Según lo establecido por las autoridades gubernamentales, en el plan de reapertura, las iglesias a la fecha actual (lo cual puede cambiar según la gravedad de la pandemia en el país), están dentro de la fase tres, que inicia el 22 de julio del presente año. Ante esto, ya sea en dicha fecha o a posteriori, surge la pregunta: ¿Cómo debe prepararse la iglesia local para retornar a la nueva normalidad?

A continuación, algunas áreas que deben ser consideradas, para afrontar adecuadamente el retorno a la nueva normalidad.

AREA SANITARIA 

Según la Organización Mundial para la Salud (OMS), dentro de las medidas de protección básica, a nivel general, contra el nuevo coronavirus, se establecen: el lavado de manos frecuentemente, medidas de higiene al toser y estornudar, mantener el distanciamiento social, uso de mascarilla, evitar tocar los ojos, nariz y boca, entre otros. No obstante, algunas personas en las iglesias locales, argumentan que éste tipo de medidas, no deberían aplicarse en la iglesia, pues según su punto de vista, solo es una muestra de la poca o nula fe de la iglesia del Señor en siglo XXI.

Al considerar que no existe a la fecha, una vacuna preventiva para el coronavirus y que su contagio se facilita al estar en contacto cercano con las demás personas, por medio de gotitas de saliva, al toser o estornudar y de que hay portadores de éste virus que son asintomáticos, cada iglesia local, junto a su liderazgo, debe tomar en cuenta implementar éstas medidas sanitarias (y las que puedan surgir en el camino), mostrando sabiduría, sensatez y obediencia a las disposiciones establecidas en las Sagradas Escrituras (Oseas 4:6), las autoridades gubernamentales y eclesiásticas; evitando así, que las iglesias locales se conviertan en centros de contagio masivo, como ha ocurrido en Brasil y EE.UU entre otros. Este peligro latente no debe pasarse por alto.

AREA SICOLOGICA Y SOCIAL

La psique, como el conjunto de las capacidades humanas de un individuo, que abarca los procesos conscientes e inconscientes, es afectada ante el ambiente que genera el COVID-19. Los efectos que produce, en muchos casos, son abrumadores, pues está en juego la vida misma. Es la “nueva normalidad con la que se debe vivir”, y que solo el Creador sabe por cuánto tiempo.

Es una experiencia que la actual generación nunca había vívido. La depresión, la baja autoestima, el temor, la crisis económica, el mal manejo del estrés en el hogar y el trabajo, así como la falta de actitud resiliente, están floreciendo en el jardín de la desesperanza. Es algo peligroso, que puede provocar pensamientos suicidas en algunas personas.

Testimonios de algunos pacientes que han sufrido esta terrible enfermedad, con síntomas sobresalientes y devastadores, coinciden, en que el área psicológica es afectada significativamente después de experimentar el ataque del virus; por lo cual, es oportuno que la iglesia local haga énfasis, brindando la información necesaria, y el apoyo integral a personas que presenten cuadros depresivos o traumáticos por haber padecido el COVID-19, directa o indirectamente.

Por otra parte, se debe preparar a la membresía de cada iglesia local, para respetar aun dentro de los templos los espacios físicos, las normas de distanciamiento social que se han establecido, antes, durante y después de los servicios eclesiásticos; lo cual para muchos, puede sonar anticuado y hasta falta de amor fraternal o antibíblico. También enseñar que mientras éste virus permanezca, todas las personas están propensas a adquirirlo. No se debe confundir esto con falta de ética cristiana o espiritualidad, sino como una práctica y normativa establecida a nivel mundial como prevención ante la pandemia.

AREA ESPIRITUAL

Una de las interrogantes que surge a raíz de la cuarentena y todo lo relacionado con el COVID -19, es ¿Cómo saldrá o está espiritualmente la iglesia local ante todo lo experimentado en estos tiempos?

Se consideran al menos cuatro escenarios básicos, que la iglesia local puede experimentar y por lo cual debe prepararse.

1. Perdida de miembros en la iglesia local. Algunas personas que no se alimentaron espiritualmente de forma eficaz y descuidaron sus vidas; y en lugar de acercarse a Dios en estos tiempos, abrieron las puertas al pecado, hoy están optando por retirarse de la iglesia y apartarse de los caminos del Señor.

Otros, ante la gran cantidad de “predicadores neopentecostales” emergidos en las redes sociales, han decidido apartarse de su congregación local, y abrazar las nuevas corrientes sensacionalistas y erráticas. De ahí la importancia de todo ministro de valorar lo que ha estado o está predicando en tiempos de pandemia. Es encomiable la labor y el enorme esfuerzo que muchos ministros realizan para transmitir sus servicios, aun más allá del deber, a través de las redes sociales y diversas plataformas tecnológicas; pero la exigencia de la nueva normalidad es abrumadora y plantea el desafío de hacer buen uso de la Palabra, en todo momento, con un mensaje cristocéntrico, exegético y acompañado de la unción del Espíritu Santo en su proclamación.

2. Acomodamiento espiritual. El hecho de no asistir y congregarse en los templos de forma física, sumado a que el sistema de los cultos y servicios se transmite por redes sociales y diversas plataformas, genera un acomodamiento espiritual en muchas personas. Algunos al considerar que los templos están cerrados, también han optado por cerrar sus biblias y suprimir sus tiempos de oración, ayuno y devocionales personales; sustituyéndolos por alta concentración de horas en navegación por internet y/o programas de televisión.

Lo anterior se ve reflejado, cuando teniendo servicio de internet (wifi), en sus casas o dispositivos, no se conectan a los servicios y transmisiones de su iglesia local, so pretexto de múltiples ocupaciones aun en tiempos de cuarentena.

Por otra parte, se corre el peligro en el futuro cercano, de que algunos miembros y aun líderes, decidan no asistir físicamente a los servicios de su iglesia, prefiriendo hacerlo solo de manera virtual, y evitar así, “la molestia” de tener que caminar, ofrendar, diezmar, aplaudir y hasta arrodillarse delante de Dios.

3. Nuevas personas que acepten a Cristo o se reconcilien con Él. Los efectos de la pandemia, también han permitido que buena parte de la humanidad se vuelva a Dios, implorando perdón por sus pecados. Vidas alejadas del Señor están retornando o reconciliándose con Él, reconociendo que la humanidad vive tiempos finales y que el arrebatamiento de la iglesia cada día está más cerca.

La iglesia local debe prepararse para recibir a estas personas, que sin duda llegarán y buscaran los templos y a sus líderes y ministros para acercarse a Dios y su Palabra. Es necesario tener un equipo listo para discipularlos y tratarlos adecuadamente, para que permanezcan en la fe y se conviertan en verdaderos discípulos de Jesús.

4. Avivamiento. A lo largo de la historia se observa, que cuando la iglesia del Señor ha pasado momentos difíciles, y ha buscado a Dios con humildad y sinceridad, Él siempre responde. Hoy en tiempos de pandemia, no es la excepción, “Jesucristo es el mismo, ayer, y hoy y por los siglos”. (Hebreos 13:8). Dios está visitando vidas, matrimonios, hogares, hijos, Su Santo Espíritu renueva llamados, fortalece corazones, sana heridas, une familias y bautiza con la señal inicial de hablar en otras lenguas, entre otros.

Muchas reuniones familiares se han convertido en lugares y momentos donde la gloria de Dios ha descendido de manera especial y maravillosa. La iglesia está comprendiendo que para hacer frente a la nueva normalidad, se necesita el poder y unción del Espíritu Santo. “Los que han aprovechado estos tiempos de pandemia para buscar intensamente la presencia de Dios, saldrán empoderados y serán capaces de cumplir la misión de Dios en la tierra. Los que no valoraron estas circunstancias, solo escucharan y se lamentaran; para entonces, es muy probable que sea demasiado tarde”. ¡El avivamiento es hoy¡

 

 

 

* El autor es Pastor Principal de la Asamblea de Dios Tabernáculo Cristiano en la ciudad de La Palma, Chalatenango. Está casado con doña Blessy, y es padre de David y Gabriel. Funge como Secretario de la Comisión Editora y Administradora de la Revista LUZ Y VIDA.

 

 
 

 

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