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EL PASTOR Y SU LEALTAD A LAS ASAMBLEAS DE DIOS

Por Jeremías Bolaños Anaya*
jeremias43@integra.com.sv

 

 

Las lluvias y deslaves que diezmaron a Brasil en los últimos días ha dejado desolados los campos; no obstante, la historia de “Leao” (“Caramelo”, como otros lo llaman) es el reflejo de la desolación en la que está sumido el país.


Leao era un perro de la calle que fue rescatado por la familia de Cristina Cesário Maria Santana quienes vivían en Teresópolis, una de las zonas más afectadas por las inundaciones y deslaves. Cuando la casa de Cristina Cesário Maria Santana y otros tres miembros de su familia fue llevada por un alud de tierra, “Leao” pudo salir con vida, aunque los cuatro ocupantes de la casa murieron.


En el momento en que llegaron los rescatistas encontraron a “Leao” buscando los restos de sus dueños, los cuales se encontraron gracias a la intervención del perro. Ahora que los tres ocupantes de la casa donde vivía el perro han sido enterrados, “Leao” se ha negado a dejar la improvisada tumba de Cristina Cesário en el panteón de Teresópolis, mientras que su imagen recorre Brasil y el mundo como testigo mudo de la tragedia que se vive al  sur del continente”. MÉXICO, DF., enero 18, 2010 (EL UNIVERSAL).

¿El mejor amigo del hombre? ¿Símbolo de lealtad? Como quiera llamarlo. El ejemplo anterior  demuestra cómo un ser irracional mantiene lealtad a su dueña aún cuando ésta haya traspasado el umbral de la vida.
Tomando, pues, el ejemplo anterior como una manera de acceder al tema comenzaremos por definir la palabra lealtad. Según el pequeño Larousse, “es el carácter de una persona  o cosa leales. Lo contrario de lealtad es la hipocresía y la falsedad”. Wikipedia, la enciclopedia libre, la define como “una obligación de fidelidad que un sujeto o ciudadano le debe a su estado, monarca o a sí mismo. La lealtad es virtud consistente en el cumplimiento de honor y gratitud. La lealtad está más apegada a la relación de grupo”.
Otra definición: “1.   Firmeza en los afectos y en las ideas que lleva a no engañar ni traicionar a los demás: la lealtad de una conducta; la lealtad es una gran virtud.
2.  Comportamiento de una persona o animal que guarda la máxima fidelidad, que no engaña”

Un listado de términos sinónimos ayuda a ampliar los conceptos que se puedan manejar sobre dicho valor: nobleza, rectitud, honradez, probidad, pundonor, legalidad. Lealtad también es acatamiento, que equivale a cumplimiento, observancia, sumisión, escrúpulo. Equivale a homenaje, que es igual a sinceridad, confianza, veracidad, verdad, realidad, fe, seguridad. Es sinónimo de fidelidad, cuyo término guarda relación con amistad, devoción, amor, fervor, apego, constancia, perseverancia.

Antónimos de lealtad: traición, felonía, perjurio, alevosía, defección, rebeldía, desconfianza, ilegalidad, infidelidad, abandono, alejamiento, separación, animosidad, hostilidad y desvergüenza.

A ninguna persona se le exige mayor lealtad que a un Pastor. Tal lealtad está estrechamente ligada al carácter mismo del ministro. Este escritor agradece la oportunidad para  descargar su  corazón con amor y respeto, al desarrollar el tema de la siguiente forma:


LEALTAD A LAS NORMAS


Preocupa sobremanera escuchar a más de algún ministro “asambleísta” decir que a él “no le importan los reglamentos internos de la Conferencia Evangélica de las Asambleas de Dios (CEAD); que para él sólo existe la Biblia”. ¡De acuerdo! Todo quehacer del Pastor  debe estar sujeto a La Biblia, pues es la mismísima Palabra de Dios. Sin embargo, nuestra institución se rige por normas no dictadas por un líder sino que constituyen el consenso de la Asamblea  General en sesión. Esta Asamblea rechazará todo acuerdo que entre líneas o de manera explícita contradiga La Biblia.  No es creíble ni respetable la palabra dicha  por un líder que va en contra de las normas establecidas.
El Estado salvadoreño está organizado en tres órganos: Judicial, Ejecutivo y Legislativo. Cada uno de estos Órganos cuenta con un sistema de leyes que lo rige. A la vez cada ciudadano salvadoreño cuenta con el respaldo de la Constitución Política que establece tanto los derechos  como las obligaciones ciudadanas. De igual manera, una institución que se llama Conferencia Evangélica de Las Asambleas de Dios, tiene en su haber los Reglamentos por medio de los cuales se rige:

PRIMERO: La Biblia: Regla de fe y conducta. De donde emana todo el sistema doctrinal que practica, defiende y enseña todo ministro adscrito a ella. El Reglamento Local fue creado con el fin de ayudar a todos los comulgantes a mantener la armonía y unanimidad, a fin de que “hablemos todos una misma cosa y que no haya entre nosotros divisiones sino que estemos perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer” (1 Corintios 1:10).

SEGUNDO: Los Estatutos  que constituyen la Ley Primaria de La Conferencia. La ley está allí escrita para que se cumpla. Aunque “terrenal”, al violarla, automáticamente el obrero queda descalificado. “La calidad  de miembro se pierde por faltas a normas y doctrinas reconocidas por la Corporación” según el literal B, Articulo 10 de los Estatutos  de la CEAD. Todo ministro debiera tomar un tiempo para leer tal Documento, el cual rige nuestra  vida institucional.

TERCERO: El Reglamento Interno (agregados a él los Reglamentos Internos de cada Departamento y Ministerio), que viene a ser la Ley Secundaria. La Asamblea se cuida de aprobar acuerdos que no contradigan ni el espíritu ni la letra, tanto de la Palabra de Dios como de los Estatutos. Por ejemplo la Asamblea General no puede aprobar que los pastores (as)  divorciados y recasados  continúen ministrando, cuando la Palabra de Dios claramente dice: “… Cualquiera que repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra ella; y si la mujer repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio” (Marcos 10:11-12).

Un grupo familiar, una célula de oración, un departamento, una congregación local, un distrito, una región, una zona, una obra nacional guiada por personas neófitas, que no respeten las leyes, sólo introducirán anarquía, confusión y desorden, como sucedió en los días de los jueces israelitas: “En aquellos días no había rey  en Israel; cada uno hacía lo que bien le parecía” (Jueces 17:6).

Por más de ocho décadas Las Asambleas de Dios han luchado por mantener la unidad doctrinal. Unidad en la lealtad a las normas establecidas. Nadie va a venir a alterar el orden. El deber de todo ministro licenciado por La Conferencia es mantenerse leal a Dios y a la vida institucional de la misma.


LEALTAD A LOS COMPAÑEROS DE LABORES

No es correcto  difamar a los compañeros de trabajo y mucho menos cuando se refleja la intención  de sobresalir o ser superior. Es una falta a la ética ministerial hablar mal del compañero Pastor que dirigió la iglesia antes que  llegara el nuevo obrero. Romanos 12:2-21 debiera ser la norma de las relaciones humanas hacia los colegas. No es correcto “hablar mal de la casa, aunque se esté cayendo” (antiguo refrán de las abuelas).

Más que una credencial con la firma de unos ejecutivos, aquel hombre había recibido un llamado a trabajar hombro a hombro con su Maestro. Los denarios sonaban en la bolsa y él llevaba la contabilidad. Le hervía la sangre al ver a una mujer derramar un frasco de alabastro muy costoso. Contado entre los doce, ¡nada más que pedir! Un discípulo, un apóstol con todas las  de ley. Comía muy cerca del Maestro; contempló con sus propios ojos las señales y milagros. Hoy sería recordado igual que Pedro, Juan, Jacobo, Tomás y los otros. Disfrutaba del compañerismo y era amado igual que todos. Tanto confiaron en él que le otorgaron la tesorería. Pero un día dejó que Satanás le llenara el corazón con un espíritu de traición. Y, conocida es de todos la historia, en la hora cuando su Maestro y Señor más necesitaba el apoyo, consuelo y solidaridad de los doce, aquel cobarde hombre lo entregó con un beso.  ¡Oh amada Conferencia, cuántos Judas te han besado con traición! Con todos los recursos disponibles los formaste, les diste una oportunidad, “un punto de apoyo para que pudieran cambiar el mundo” (Arquímides); pero cuando esos hijos crecieron no sólo te negaron como Pedro, o dudaron de ti como Tomás, sino que imitando a Judas, te entregaron con el beso traicionero. Se apartaron, se fueron tras sus propias interpretaciones, se llenaron de arrogancia y prescindieron de ti; ya no te necesitan porque “están grandecitos”. ¡Que Dios se compadezca de ti, amada Conferencia!

La siguiente tabla se presenta con el propósito de que cada Obrero autoevalúe su actitud hacia la CEAD. Deberá calificar del 1 a 10 su actitud, donde 1 es la más negativa y 10, la positiva.

No.

Concepto

1

2

3

4

5

6

7

8

9

10

1

Nobleza: ¿Demuestro caballerosidad en mis tratos interpersonales?

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

2

Rectitud: ¿Me considero recto en mis obligaciones hacia la CEAD?

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

3

Honradez: ¿Evidencio honradez en el pago de mis diezmos y ofrendas a la CEAD?

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

4

Probidad: ¿Me considero íntegro para con la CEAD?

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

5

Pundonor: ¿Evidencio vergüenza cuando actúo mal hacia la CEAD?

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

6

Legalidad: ¿Demuestro respeto y pongo en práctica los acuerdos de la CEAD?

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

7

Acatamiento: ¿Obedezco sin reserva las normas de la CEAD?

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

*El autor dirige a la Conferencia Evangélica Evangélica de las Asambleas de Dios de El Salvador, como Superintendente General desde 1996 hasta la fecha. Junto con su esposa Pacita han procreado a Rebeca, Roxana, Walter y Ana Ruth


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 
 

 

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