WEBMAIL
 

Content on this page requires a newer version of Adobe Flash Player.

Get Adobe Flash player

 
Inicio | Historia | Misión y Visión | Ediciones | Contáctenos | Comisión

BÚSQUEDA POR TEMA :
MINISTERIO
IGLESIA
HISTORIA
ALABANZA
MOTIVACIÓN
FAMILIA
MUJER
SALUD
UNIDAD
JÓVENES




 
 

 

LA IGLESIA FRENTE A LA CRISIS POLÍTICA NACIONAL

Por Kirio Waldo Salgado*

 


El mundo entero está sufriendo hoy la crisis más oscura y penetrante de todas las épocas, casi llegamos a los tiempos bíblicos de las vacas flacas. Pero lo más tremendo, no es que el petróleo esté caro, sino más bien: los millares de trabajadores que mes a mes son despedidos, la vertiginosa  inflación y la escasez de alimentos y El Salvador no es la excepción, aunque en realidad, salvo en las épocas de relativa bonanza por los precios internacionales del café, nunca hemos disfrutado verdaderos tiempos de vacas gordas.  Estamos viviendo un período en que grandes y extrañas fuerzas arrebatan el pan de la sobrevivencia, una época en que la gente debe acomodarse lo mejor que pueda para no pasar hambre y sufrimiento. Pero, las contrariedades no sólo son económicas; el problema también es político.

En El Salvador, en pocos meses decidiremos qué gobierno queremos, pero ante todo qué sistema político-ideológico deseamos que se instaure; y aunque nuestra realidad macroeconómica es meritoria, y en términos de libertades estamos bien posicionados, se advierte con todo que nuestra economía es débil e inconstante para garantizar horizontes sostenidos de bienestar. El recargo a la factura petrolera, el alza en las materias primas y los alimentos, la escasa inversión y el desempleo,  todo ello ha provocado niveles inflacionarios, y los salarios se han visto prácticamente reducidos. El crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) debiera andar arriba del 12% para alcanzar niveles aceptables de prosperidad; no obstante, eso será casi imposible de lograr.

¿Qué van a proponer los políticos en sus plataformas programáticas? Eso no está bien definido; advierto mucho entusiasmo en cada frase sugerente de su propaganda, y distingo que mucho de lo que dicen no lo podrán cumplir, porque bastantes cosas dependen del entorno geopolítico en que se mueva el próximo gobierno. En El Salvador las cosas están complicadas a causa del formidable enfrentamiento de dos institutos políticos contrapuestos: uno, el titán derechista que ha gobernado por casi 20 años, y que ahora sufre un desgaste natural; el otro, acreditando un pasado violento, tratando de deslizarse hacia la social democracia para no asustar a la gente con el comunismo de su dirigencia. Ambos partidos dominantes retienen todo su potencial, y saben que la gente clama por un cambio que le permita mayores oportunidades y estabilidad social.

Pero la pregunta sigue siendo si ahora que el mundo parece caminar al vacío, los Estados Unidos podrán seguir prorrogando el estatus migratorio a los más de dos millones de salvadoreños que envían unos cuatro mil millones de dólares al año. Por otro lado, las promesas de tantas cosas que dicen los dos partidos con posibilidades reales de  éxito, no cómo van a satisfacer tantas demandas sociales sin aumentar los impuestos; y si lo hacen, qué concurso esperarían de los inversionistas que ahora se mueven entre la incertidumbre y la desconfianza.¿Qué debe hacer la Iglesia frente a la crisis política nacional?La Iglesia tiene dos opciones, que NO se oponen entre sí: una, lanzarlasiniciativas que estén en sintonía con su misión evangelizadora y constructora de los valores cristianos; y dos, simplemente dejar que el César tenga lo que es suyo. Lo que nunca debe hacer es alentar la confrontación, ni en los púlpitos, ni en los atrios, ni en las apariciones públicas de sus pastores.

Algunas veces sentimos que la Iglesia no dice nada porque muchos quisieran que optara irresponsablemente por teologías liberacionistas de carácter ideológico. En ocasiones es mejor guardar silencio sobre cuestiones políticas porque pocos conocen de veras los designios de las sociedades secretas que se mueven en medio de las tinieblas del poder terrenal. Muchas veces ni los gobernantes, ni los políticos, ni los empresarios lo saben. San Pablo dice a los corintios: “lleno estoy de consolación; sobreabundo de gozo en todas nuestras tribulaciones.” (2ª Cor. 7:4). De hecho, estamos viendo innumerables señales del fin de los tiempos;  debemos llenarnos de consolación. La Iglesia debe hacerlo, “sobreabundo de gozo en medio de las tribulaciones.”.

Tenemos necesidades y aflicciones; pero jamás ha pasado por nuestra mente andar uniéndonos a expresiones violentas. Cuando estamos en padecimientos la mejor receta es fortalecer nuestros arrojos en el Evangelio; y eso  es lo que la Iglesia debe enseñar desde sus estrados. Dios mandará un durísimo período de prueba a El Salvador, y la Iglesia sufrirá quebrantos. Muchos cristianos seremos invadidos por la angustia y el agobio; pero, también el Señor quiere que sepamos evaluar nuestras prioridades morales y espirituales. San Pedro vislumbró el final de los días, y escribió: “7Mas el fin de todas las cosas se acerca; sed, pues, sobrios, y velad en oración. 8Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubrirá multitud de pecados”  (1 P. 4:7). Se nos vienen días difíciles, no sólo en términos de política electoral, sino en cuestiones económicas y de coexistencia social. Es, justamente, en estos momentos cuando la Iglesia debe enseñar que debemos vivir en paz y con sobriedad, sin los excesos que talvez nos han caracterizado en los tiempos bonancibles.

Si estamos alarmados con la confrontación política nacional, lo que estamos viendo no es nada más que el principio; a la luz de la Palabra de Dios hay que esperar  una larga secuela de contrariedades de todo tipo. En este tiempo en que muchos seres humanos están siendo golpeados por la desesperación, es urgente mirar el dosel de decaimiento a través de los ojos del Señor Jesucristo.  Es necesario que la Iglesia cobre nuevo aliento para consolar a los hombres y mujeres que agotaron sus reservas morales en estos momentos de crisis. La Iglesia está aquí para anunciar todo el consejo de Dios y no para andar metida en  contiendas y disensiones políticas. Si vive en esa proyección, caminará por una senda limpia  de gozo y optimismo. Eso esperamos sinceramente

 

 

 

*El autor es  Abogado y Notario de profesión. Ha participado activamente en diferentes institutos políticos de El Salvador, entre ellos, el Instituto Libertad y Democracia, (ILYD), más tarde Partido Libertad y Democracia (PLD), de los cuales fue fundador.    En el período 1997-2000 participó como Diputado a la Asamblea Legislativa por el mismo partido.
Actualmente se dedica al análisis de la realidad política y social de El Salvador

 

 
 

 

INICIO | HISTORIA | MISIÓN Y VISIÓN | SUSCRIPCIÓN | CONTÁCTENOS | WEBMAIL

luzyvida.com.sv © 2010 All Rights Reserved.